En el ejercicio de la abogacía, muchas veces se asocia el trabajo jurídico con la facturación, los honorarios y la rentabilidad del despacho. Sin embargo, el derecho no solo se mide en cifras, sino también en impacto humano y social.
En Estradé Law Firm creemos firmemente que el papel del abogado va más allá de la gestión de casos: también implica una responsabilidad social directa con quienes más lo necesitan.
El valor del trabajo pro bono
Como explica Ignacio Estradé en uno de nuestros últimos vídeos de TikTok, en determinadas ocasiones llegan al despacho personas que han podido cometer algún delito y que, por distintas razones, no pueden hacer frente a los honorarios de un letrado o procurador.
Ante esas situaciones, el despacho impulsa actuaciones pro bono, ofreciendo asesoramiento y defensa jurídica sin coste para el cliente.
Este tipo de intervenciones no solo ayudan a garantizar el acceso a la justicia, sino que refuerzan uno de los pilares esenciales de la profesión: la defensa de los derechos de todas las personas, sin importar su situación económica o social.
Justicia social y abogacía consciente
Los programas de justicia social que desarrolla Estradé Law Firm tienen como objetivo impactar positivamente en la sociedad, ofreciendo apoyo profesional a quienes realmente lo necesitan.
No se trata únicamente de una acción solidaria, sino de una convicción ética: la abogacía tiene el poder —y el deber— de generar un cambio real.
Ayudar a personas en situación de vulnerabilidad o con recursos limitados no solo es una muestra de compromiso, sino también una forma de honrar la esencia del derecho como herramienta de equidad y justicia.
El impacto más allá del caso
En un entorno cada vez más competitivo, apostar por el trabajo pro bono es una forma de reivindicar el lado más humano de la abogacía.
Estos casos no se contabilizan en una factura, pero dejan una huella duradera: en el cliente, en la comunidad y en los propios profesionales que los ejercen.
Hacia una abogacía con propósito
En Estradé Law Firm creemos que no todo en el derecho pasa por una factura. La verdadera grandeza de esta profesión está en su capacidad para transformar vidas, abrir oportunidades y ofrecer justicia allí donde más falta hace.
Porque ejercer el derecho también es un acto de compromiso, de vocación y de humanidad.
